Hidrografía
La corriente principal que recoge casi todos los arroyos del municipio es el Arroyo Cuencamé, que tiene un curso más o menos largo nace en la sierrilla de Atotonilco en terrenos de la hacienda del mismo nombre en el trayecto de su curso existen algunos manantiales de regular importancia.
Existe uno en un lugar llamado el “Nogalito”, otro en “Tierras Piedras” y en la Hacienda de Vasconcelos, siguiendo su curso hacia el norte, recibe las aguas de los manantiales de San Pedro de Ocuila, comunidad distante de la cabecera municipal aproximadamente a 4 km; corta distancia, de un lugar llamado “Las Arrieras” brota otro manantial.
En años anteriores, el agua de estos manantiales que se encuentran en el curso del arroyo llegaba hasta la cabecera municipal y era aprovechada para regar pequeños huertos. En la actualidad estos manantiales han disminuido su vertedero, incluso la vierte de aguas broncas del arroyo, también ha disminuido considerablemente.
Pasando la población de Cuencamé, este arroyo en su curso hacia el norte, se construyeron dos represas derivadoras de la década de los años 50, para desviar las avenidas de agua bronca y aprovecharlas en las parcelas de cultivo que se encuentran en la parte norte de esta población.
El Arroyo Cuencamé desemboca sus aguas en el Río Nazas en un punto llamado Rancho de Fernández. En un lugar llamado “El Cadillo” recibe el tributo del Arroyo El Derramadero, que tiene un curso casi paralelo a este arroyo; nace en los terrenos de la exhacienda de Sombreretillo de Campa, hoy Ejido 12 de diciembre del municipio de Cuencamé, también tenía algunos ojos de agua en su nacimiento.
En el pueblo de Pedriceña, desemboca el arroyo de Cuencamé por su margen izquierdo, el Arroyo de Corrales, que nace en el rancho del mismo nombre; un poco más adelante de la estación de Pedriceña recibe el Arroyo de La Vieja de caja más o menos ancha, pues recibe dos ramales que recogen los escurrimientos de la Sierra de Yerbaniz por el sur, y de Covadonga al norte.
Al unirse ambas corrientes van a desembocar a la presa del Zorrillo en terrenos del Ejido La Fe. Esta presa almacena el agua que recogen ambos arroyos, la que después será aprovechada para regar algunas parcelas de los ejidos La Fe, Pasaje y Las Mercedes. Esta presa es el único depósito de agua en todo el municipio, a pesar de los pocos escarmientos que no bastan para llenarla a su máxima capacidad, esta sirve para regar algunas parcelas de los ejidos mencionados, contribuyendo un poco a la raquítica economía de los campesinos de estos lugares.
La corriente principal que recoge casi todos los arroyos del municipio es el Arroyo Cuencamé, que tiene un curso más o menos largo nace en la sierrilla de Atotonilco en terrenos de la hacienda del mismo nombre en el trayecto de su curso existen algunos manantiales de regular importancia.
Existe uno en un lugar llamado el “Nogalito”, otro en “Tierras Piedras” y en la Hacienda de Vasconcelos, siguiendo su curso hacia el norte, recibe las aguas de los manantiales de San Pedro de Ocuila, comunidad distante de la cabecera municipal aproximadamente a 4 km; corta distancia, de un lugar llamado “Las Arrieras” brota otro manantial.
En años anteriores, el agua de estos manantiales que se encuentran en el curso del arroyo llegaba hasta la cabecera municipal y era aprovechada para regar pequeños huertos. En la actualidad estos manantiales han disminuido su vertedero, incluso la vierte de aguas broncas del arroyo, también ha disminuido considerablemente.
Pasando la población de Cuencamé, este arroyo en su curso hacia el norte, se construyeron dos represas derivadoras de la década de los años 50, para desviar las avenidas de agua bronca y aprovecharlas en las parcelas de cultivo que se encuentran en la parte norte de esta población.
El Arroyo Cuencamé desemboca sus aguas en el Río Nazas en un punto llamado Rancho de Fernández. En un lugar llamado “El Cadillo” recibe el tributo del Arroyo El Derramadero, que tiene un curso casi paralelo a este arroyo; nace en los terrenos de la exhacienda de Sombreretillo de Campa, hoy Ejido 12 de diciembre del municipio de Cuencamé, también tenía algunos ojos de agua en su nacimiento.
En el pueblo de Pedriceña, desemboca el arroyo de Cuencamé por su margen izquierdo, el Arroyo de Corrales, que nace en el rancho del mismo nombre; un poco más adelante de la estación de Pedriceña recibe el Arroyo de La Vieja de caja más o menos ancha, pues recibe dos ramales que recogen los escurrimientos de la Sierra de Yerbaniz por el sur, y de Covadonga al norte.
Al unirse ambas corrientes van a desembocar a la presa del Zorrillo en terrenos del Ejido La Fe. Esta presa almacena el agua que recogen ambos arroyos, la que después será aprovechada para regar algunas parcelas de los ejidos La Fe, Pasaje y Las Mercedes. Esta presa es el único depósito de agua en todo el municipio, a pesar de los pocos escarmientos que no bastan para llenarla a su máxima capacidad, esta sirve para regar algunas parcelas de los ejidos mencionados, contribuyendo un poco a la raquítica economía de los campesinos de estos lugares.
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